domingo, 19 de septiembre de 2010

Él.

Se trata de la calma, tranquilidad... ese motivo por el que te refugias bajo el cálido asombro de su mirada. No, no hablo de regalos... ni afectos, ni sentidos. Sólo de sus manos, el hueco en el que anido. El escondite de mi ser.

Sientes, padeces... caes. Y tú le preguntas "¿porqué no aprietas mas tus manos para sostenerme?" Y él, sonriente y pleno contesta "te tenía cogida por otro lado". También, el hilo de mis ojos... colgando cae de tu abrazo. Estoy toda repleta de agujeros, por los que pasan las cuerdas en las que me mantienes... y por las que me tienes.
Cada sonrisa llena de intriga cada minimo rincón de mi cuerpo, pero nada es capaz de superar aquello... ese sentimiento de tener saturada la capacidad de sentir. Es algo dificil de explicar, solo lo entiendes cuando te ocurre; hablo de los instantes en el que todo se detiene y crees haber entendido el motivo por el que él está junto a tí. Y te mira y sonríe... ¿qué estara pensando? ¿Se habrá dado cuenta de que espero sentada a que el mundo se acabe cuando estamos juntos?

Él y solo él. Mas importante que tu y que yo, porque tu... ni yo, ni nadie mas que él posee esa eficaz caricia que remueve mi interior y domina cada circulo de dolor que arremete contra todo monstruo destructor. Da igual, no importa el día que sea... ni la hora, ni el sitio... ni siquiera que sea yo; solo espero que se detenga el tiempo, que se acaben los segundos y la cámara fotográfica de mi memoria se quede capturada en esa imagen, en ese rostro brillante... en su sonrisa.

Sonríe.
Y comienza ese espectaculo... el cúmulo de emociones, el estruendoso trueno que ilumina todo mi tiempo y cada paso que ando.
Acaricia.
Todo mis sentidos bailan al son de sus manos... al roce de sus dedos. No sé si aguantaré tanto placer contenido en su palma... o quizás me haga adicta a esto y no quiera que se despeguen de mí.
Se acerca.
Le huelo... su aroma, su vida, su miedo, sus fracasos, las despedidas, la distancia... todo cabe en ese momento en el que inspiro su aire. En el que guardo ese olor en el frasco de mi interior denominado "Plenitud".
Que acabe la función, mi vida.. la de los demás, pero que esté ahí cuando abra los ojos, cuando mire al mi alrededor y no vea mas que desencanto. Cuando todo acabe y empieze en él.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

...

Vivíamos en el cándido espejismo. Ingenuos, devórabamos ilusiones sumisas creadas para nuestras inventadas e injustas necesidades.
Y entre la publicidad que nos recordaba que eramos felices... un disparo de realidad hablaba de explosiones, de tormentas, de la guerra y del hambre... Pero era un eco tenue, muy lejano, difuso. La realidad termina donde acaba el espejismo.
Contentos con el miedo y endeudados nos dormimos mientras tanto, otros trazaban el futuro.

Pero aveces... sueño con romper el muro, escupir al espejismo. Aveces dudo estar cuerda, más aún que de estar viva. Intuyo que mas allá del espejismo, más allá de este único camino, existen nuevos paisajes, un futuro escondido... tantas cosas por hacer, tantas cosas por nombrar; todas contigo.

Un día despertaremos entre gritos, se derrumbaran muros.. diferencias y mercados. Veremos rescrebajarse la solida fachada del espejismo. Y todo el eco lejano.. se instalará en nuestro barrio. La serpiente de realidad descubrirá nuestra falsedad y nos echará de aquel arduo paraíso.
Sabremos de la lucha y de la tragedia, de la verguenza no televisada. Miraremos a los ojos a la historia de la humanidad.

Y ahora que... por fin se ha roto el muro, el espejismo, el mundo duele menos si te miro.
Ya no dudo: no estoy cuerda, mas aún... estoy viva. Tras la tormenta queda reinventar tu mundo, aunque haya quien todavía hoy quiera construir otro espejismo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Sólo remito...

Imposible de contener las emociones tropezar en cada letra....
http://iserrano.blogspot.com/