miércoles, 8 de septiembre de 2010

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Vivíamos en el cándido espejismo. Ingenuos, devórabamos ilusiones sumisas creadas para nuestras inventadas e injustas necesidades.
Y entre la publicidad que nos recordaba que eramos felices... un disparo de realidad hablaba de explosiones, de tormentas, de la guerra y del hambre... Pero era un eco tenue, muy lejano, difuso. La realidad termina donde acaba el espejismo.
Contentos con el miedo y endeudados nos dormimos mientras tanto, otros trazaban el futuro.

Pero aveces... sueño con romper el muro, escupir al espejismo. Aveces dudo estar cuerda, más aún que de estar viva. Intuyo que mas allá del espejismo, más allá de este único camino, existen nuevos paisajes, un futuro escondido... tantas cosas por hacer, tantas cosas por nombrar; todas contigo.

Un día despertaremos entre gritos, se derrumbaran muros.. diferencias y mercados. Veremos rescrebajarse la solida fachada del espejismo. Y todo el eco lejano.. se instalará en nuestro barrio. La serpiente de realidad descubrirá nuestra falsedad y nos echará de aquel arduo paraíso.
Sabremos de la lucha y de la tragedia, de la verguenza no televisada. Miraremos a los ojos a la historia de la humanidad.

Y ahora que... por fin se ha roto el muro, el espejismo, el mundo duele menos si te miro.
Ya no dudo: no estoy cuerda, mas aún... estoy viva. Tras la tormenta queda reinventar tu mundo, aunque haya quien todavía hoy quiera construir otro espejismo.

1 comentario:

  1. Una entrada muy pasional sobre el tema a reflejar. Gracias por tu comentario, aunque verdaderamente siento que te hayas sentido identificada. Estas cosas no deberían pasar nunca.

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